Conclusión

En conclusión, Internet, desde sus orígenes como una red experimental, ha evolucionado hasta convertirse en la columna vertebral de la sociedad digital. Su capacidad para conectar a personas y dispositivos en todo el mundo ha revolucionado la forma en que nos comunicamos, trabajamos y accedemos a la información. Aunque sus fundamentos se basan en protocolos como TCP/IP, Internet sigue siendo un sistema dinámico y en constante crecimiento. Con el surgimiento de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y el Internet de las Cosas, podemos esperar que Internet continúe transformando nuestra realidad de maneras aún inimaginables.